sábado, 27 de mayo de 2017

Cualquier cosa es posible, si amas lo que haces…


Después de haber vivido el IRONMAN 70.3 de Calella la semana pasada (desde el otro lado), entendí y reafirmé algo muy importante y es que #anythingispossible si amas lo que haces. Porque el mundo puede derrumbarse ante ti, pero si sabes quién eres, tus valores,  tu razón de ser y tienes una visión, siempre habrá un camino y personas que te ayudarán a estar a flote, mientras vas conquistando pequeños peldaños, porque al igual que en IRONMAN, como en la vida nunca logras nada solo.





Por ejemplo en mi caso la vida me fue llevando, sin ni siquiera darme cuenta por este mundillo deportivo. Antes no era muy claro, como muchas cosas en la vida pero a medida que fui creciendo, fui atando cabos, que le dieron un sentido más claro a todo.  

Antes de empezar la lectura, te invito a darle play a esta canción de The Killers - Human. Además de que es un gran tema, va muy bien con el concepto de IRONMAN, pues al ser uno de los deportes más difíciles del mundo; muchos nos preguntamos si en realidad ¿Somos humanos o somos...........?



Por lo tanto en este post quiero explicarte tres mantras, que para mí han sido fundamentales y sagrados durante mi proceso #anythingispossible:


  1. “Tú no eliges tus sueños, ellos te eligen a ti."
    Recuerdo años atrás, cuando era un poco más joven, que mientras mis amigos veían series en Netflix y comentaban al respecto, yo veía pruebas de triatlón desde las locales hasta las internacionales. Era un poco incómodo no poder participar dentro de estas conversaciones, pero dentro de mí pensaba, lo mágico que sería vivir una experiencia de este tipo, como protagonista (por supuesto) pero también como colaboradora y espectadora. El simple hecho de estar presente ya era un privilegio.




Entonces un día, después de tanto ver, admirar e insistir, decidí apuntarme a los entrenamientos con un equipo en Cali- Colombia (mi ciudad de origen). Eran tiempos inolvidables de entrenamientos extenuantes y molones con mi equipo de triatlón TRICALI, donde cada objetivo y competición lograda te impulsaba al siguiente objetivo, sobre todo cuándo veías más palpable tu esfuerzo en forma de medallas, aplausos etc. Era un vicio y un estilo de vida, que valía la pena porque la competición era muy sana, competíamos contra nosotros mismos y nos apoyábamos en cualquier momento. Además si le agregábamos un poco de picante competitivo, pues nada... disfrutábamos un poco más.




2. "
Empezar por algo, pero empezar. Seguro que vale la pena"

(Nadie hace una maratón exitosamente sin antes haber hecho 5k, 10k, 21k)


Viajé a BCN a emprender, un poco cambiando el chip, ya sin la fiebre de competir en todo, sino más bien a crear y ayudar en proyectos deportivos, es decir desde la barrera tratar de ponerme en la piel del deportista, que ya algo de tacto había consolidado a lo largo de mi vida. Porque como decía el grandioso Johan Cruyff: "¿Quién mejor para servir los interese del deporte, que alguien que tenga un corazón de deportista?"








Después de participar en diferentes eventos: Neda el Món, Disney Run, Johan Cruyff Fundation, Spartan Race, entre otras, por fin llegó el más anhelado y deseado: IRONMAN 70.3, una puerta que se abría, para aprender, explorar y accionar. No para trabajar directamente, pero si para vivir una experiencia única y ayudar a dejar todo a punto para lograr el objetivo final: IRONMAN 70.3 BCN. Era una gran ilusión hacer parte del equipo, en este caso aportar el grano de arena, desde la parte del voluntariado.




             
    3.“Si no vibra en ti, si no te eriza la piel y si tampoco sale del fondo de tu corazón, mejor da un paso atrás.”

    El escenario perfecto; la playa. Sentir las olas del mar, la arena en los pies, el sol en la cara, ver un amanecer, oler el mar,
    sentir los latidos del corazón de más de 2.600 guerreros en la zona de partida, escuchar esa canción que te transporta a tu tierra "La Bicicleta",  es realmente alucinante. Pero sobre todo ser testigo de los momentos más épicos del evento; la llegada del primero/a Jan Frodeno / Emma Pallant y la llegada del último a la línea de meta.

    Y la cereza del pastel, el momento cumbre dónde todo vale la pena y el esfuerzo se paga en forma de satisfacción y orgullo para ti y para él/ella, es cuando a pocos metros de llegar a meta chocas su mano (Hi5) queriendo decirle "Hey te admiro campeón/a y tu triunfo es tan tuyo, como mío.". Porque la realidad es que todo es una sinergia de esfuerzos y buena vibra.
    Insisto nadie logra nada solo. 


    "El triatlón es mucho más que un deporte, es una fiesta dónde comparten y bailan en sintonía atletas, familiares, staff, voluntarios, patrocinadores, colaboradores, espectadores, entre otros asistentes a esta cita monumental."



    Ya para finalizar, como parte de mi ritual siempre que hago o emprendo algo me pregunto: ¿Por qué lo hago? ¿Cuál es mi intención? ¿Me siento plena? Porque si al final no te llena el cuerpo, la mente ni el alma no estarás honrando el sueño que te eligió y mucho peor; estarás ocupando el lugar de otro.

    La vida te va mostrando el camino poco a poco, se necesita paciencia y valentía para dar ese paso adelante o atrás, que tanto nos cuesta. Pero vale la pena, lo prometo. Amar lo que haces vale la pena.  Además como dice Risto Mejide: "Amar lo que se dice amar, rara vez es una opción."

    Los sueños ya te escogieron (y no por casualidad), y están ahí esperando a que los alimentes, ¿Qué esperas? Confía. #anythingispossible






    Y por último y no menos importante, gratitud siempre por las personas que pasan por tu camino y que de alguna forma te ayudan a subir un peldaño más, porque vuelvo a insistir por última vez: como en el triatlón y como en la vida, nada se logra solo.



    Soficientos, nos vemos en la próxima aventura: IRONMAN!!!

    Escribiendo desde mi castillo encantado, Soficienta

























    No hay comentarios.:

    Vistas a la página totales